El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, expresó su profunda preocupación por la escalada de violencia entre Israel y los militantes de Hezbolá en la frontera con el Líbano, advirtiendo de que un paso en falso podría desencadenar una catástrofe para toda la región. »Seamos claros: los pueblos de la región y del mundo no pueden permitirse que el Líbano se convierta en otra Gaza», enfatizó Guterres, mientras subrayó que ambas partes deben comprometerse con la plena aplicación de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad y frenar hostilidades.
“Normalmente en una guerra hay una fuerza que ataca, que ocupa parte del territorio de la otra fuerza y garantiza la seguridad y la gestión de las zonas que ocupa. Aquí tenemos ataques y bombardeos, luego las tropas se trasladan a otros lugares y Hamás vuelve a los sitios originales. Hay un caos total en Gaza y no hay autoridad en la mayor parte del territorio”, enunció Antonio Guterres.
«Esta pausa humanitaria no se reflejó sobre el terreno; no hubo ni un solo día en el que pudiéramos decir que vamos a aprovecharla (…) para traer desde Kerem Shalom los suministros que nos están esperando», declaró Thanos Gargavanis, traumatólogo y responsable de emergencias de la agencia.
Por su parte, la se hizo eco de estas preocupaciones e insistió en la responsabilidad de Israel, en virtud del derecho internacional humanitario como potencia ocupante, de garantizar que los suministros de socorro, incluido el combustible, lleguen a quienes más los necesitan, entre otras cosas abordando la «completa destrucción de la ley y el orden» y los informes de saqueos.
Por otro lado, la representante especial de la ONU Mujeres para los Territorios Palestinos Ocupados señaló tras una misión de una semana al enclave que “casas, hospitales, escuelas, universidades y guarderías han sido demolidos”. “En el momento en que entras en el cruce de Kerem Shalom y la valla se cierra tras de ti, sientes que estás encerrado en un mundo de devastación”, prosiguió Maryse Guimond.
Tras casi nueve meses de guerra, la población ha sido desposeída casi por completo de los medios y capacidades para garantizar la seguridad alimentaria, la vivienda, la salud y los medios de subsistencia, declaró la trabajadora humanitaria, añadiendo que la gente se traslada a cualquier espacio abierto disponible, incluidas carreteras, terrenos agrícolas y edificios dañados para intentar ponerse a salvo.