Los accidentes de tránsito constituyen la principal causa de muerte en niños de entre cinco y 14 años, y dejan más de cinco millones de heridos anualmente en la región. En la esfera económica, los accidentes de tráfico cuestan del 2% al 6% del PIB regional, de acuerdo con los datos que presentó Jean Todt, enviado especial de la ONU para Seguridad Vial.
Jean Todt explicó que un sistema vial eficiente y seguro también contribuye a construir vínculos económicos, sociales y ambientales entre las zonas urbanas, periurbanas y rurales. “En América Latina es clave invertir en seguridad vial si queremos alcanzar el objetivo de reducir a la mitad el número de víctimas en las carreteras para 2030”.
Según el especialista, para reducir los accidentes de tránsito es necesario aplicar las leyes, invertir en educación vial, mejorar los servicios posteriores a los accidentes, mejorar la infraestructura vial y los vehículos, e integrar tecnologías de seguridad avanzadas.
América Latina es una de las regiones más urbanizadas del mundo, por lo que la seguridad vial, por lo que se le debe dar más atención y seguimiento, estrategias de desarrollo de las ciudades, con un mayor énfasis en las líneas y los itinerarios para bicicletas y peatones y en el acceso a un transporte público seguro y limpio para todos.
Del mismo modo, se precisa la movilización del liderazgo político para aumentar la acción y el financiamiento, y llevar a cabo campañas de concienciación que promuevan un comportamiento responsable entre todos los usuarios de las carreteras.
Esa concienciación debe abarcar aspectos cruciales como el uso del cinturón de seguridad, conducir despacio, llevar casco cuando se viaje en moto o bicicleta, no enviar mensajes de texto mientras se conduce, no conducir bajo los efectos del alcohol o el cansancio, y respetar a los peatones.