Noyollo Opus 52 combina y redefine la música de Brahams mediante danza, ópera y piano en la búsqueda de amar lo que haces

El espectáculo Noyollo Opus 52, una propuesta multidisciplinaria que busca incitar a la reflexión, la interpretación y la conexión con el público. La puesta en escena incluye los Liebeslieder Waltzer op. 52, de Johannes Brahams, mezcla la música de piano a cuatro manos, cinco bailarines y cuatro cantantes de ópera, que nos recuerda la importancia de la conexión humana y del amor.

»Es una obra compleja, porque necesitas estar demasiado presente todo el tiempo, porque todo es con contactos para lograr la exactitud que viste, que seamos iguales. Aparte, es un apoyo con mucha mecánica, todo es poner piezas, quitar piezas, hacerlo al mismo tiempo; entonces hay tanta coreo atrás (…) que no te puedes dejar ir. Es un estado meditativo (…), porque obviamente quiero comunicar algo, pero al mismo tiempo estoy atendiendo a la bailarina, entonces la verdad por ese aspecto fue bastante desafiante esta pieza», mencionó Anivdelab Ponce de León, una de las bailarinas.

El espectáculo, además, es una colaboración internacional entre México, Brasil y Suecia, donde el coreógrafo Fernando Melo reinventa la música de Brahams. Asimismo, Mauricio Ascencio se encarga del vestuario, iluminación y escenografía.

Una composición íntima que invita a reflexionar y a conectar con lo que amamos hacer y por qué

Por su parte, el elenco se compone de talentosos bailarines como Patricia Marín, Anivdelab Ponce de León, Samantha Nevaréz, Tlathui Maza, Jonathan Alaves, y Fernando Zárate, así como cantantes de renombre como Paola Danae, Wendy Oviedo, Rogelio Marín, Pablo Aranday, y los pianistas James Pullés y Karina Peña, esta obra promete ser una experiencia artística inolvidable.

»La atmósfera es súper íntima. Si te das cuenta, nunca miramos al público. Todo está sucediendo en la cabeza de nuestra chica principal, y somos como eso: sus pensamientos, sus recuerdos, o esos fantasmas que la invaden o luego la cuidan, pero es súper íntimo; todo tiene que suceder aquí. (…) Para lograr eso la producción tiene que estar súper aquí, adentro, con la energía baja. (…) Es estar pensando y respirando como está haciéndolo el otro. Y eso también trabaja con la empatía. (…) Además, para cada uno significa una cosa, y eso es lo que quería lograr el coreógrafo», subrayó la artista.

Finalmente, la bailarina invitó a los espectadores, sobre todo a los jóvenes, que desean involucrarse en el arte, a que encuentren su porqué, para tener la persistencia, disciplina y la tolerancia a la frustración para seguir trabajando. »Necesitas tener un buen porqué, necesitas amarlo. Amar lo que haces», concluyó.

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