Restringir el acceso a pesticidas altamente peligrosos y armas de fuego podría prevenir más de 120.000 muertes por suicidio en la región de las Américas en un período de diez años, de acuerdo con una investigación elaborada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Centro de Adicciones y Salud Mental (CAMH) de Canadá.
Anualmente se pierden cerca de 100.000 vidas por suicidio en la región y, a diferencia de otras, la tasa de mortalidad por esa razón ha aumentado en los últimos años. La agencia sanitaria regional señala que, si se aplicaran restricciones a pesticidas y armas de fuego, la tasa de mortalidad podría reducirse para 2030 en más del 20% entre los varones y en 11% entre las mujeres.
Los datos, publicados en la revista médica The Lancet Regional Health, sugieren que si se hubieran aplicado estas restricciones a partir de 2020, la tasa de mortalidad podría reducirse en más del 20% entre los varones y en 11% entre las mujeres para 2030. Las reducciones más notables se observarían en el Caribe no latino, donde la tasa de mortalidad por suicidio podría reducirse hasta en un 31% entre los hombres y un 34% en tres países clave: Guyana, Surinam y Trinidad y Tobago.
El director del Departamento de Enfermedades No Transmisibles y Salud Mental de la OPS y coautor del estudio señaló que «el suicidio es prevenible y cada vida que se pierde es devastadora». A este respecto, el jefe de la Unidad de Salud Mental y Uso de Sustancias de la OPS y otro de la investigación, el doctor Renato Oliveira e Souza, afirmó que la implementación de medidas de restricción es más efectiva cuando los métodos son prevalentes y representan una proporción significativa de las muertes por suicidio.